domingo, 10 de abril de 2011

Y esta sensación de querer volver al pasado, donde lo único que importaba era que cuántas pinturas tenías en tu estuche; que te llevaras un balón al recreo para jugar con tus amigos; que tuvieras de postre un yogur, unas natillas o un helado...
Pero el tiempo pasa y la gente crece. Y los problemas que nos afloran con el paso de tiempo crecen, y cuanto más mayor te haces más graves son. Y lo que ahora te parece un mundo, dentro de unos años te parecerá la más inmensa tontería....
Pero desgraciadamente estamos en el presente, y desgraciadamente ahora es cuando empezamos a hacernos mayores y a valorar lo que realmente nos importa o lo que no. Y sobre todo QUIEN nos importa y quien no. Y tenemos que tomar decisiones que seguramente para nuestro futuro sean cruciales.
Cuando todo va mal lo que más deseas es eso, volver a aquellos tiempos donde nada importaba, donde todo era bonito y tú y todo los de tu alrededor eran felices, y si no lo eran ni si quiera te dabas cuenta, porque TÚ estabas bien y sólo te importaba como estuvieras tú y nadie más que tú.
Pero siempre hay un "pero". Algo que lo estropea. Y esa felicidad solo la tienes durante muy poco tiempo. Pero la has tenido, y es lo que importa. Que aunque hayan sido mínimos momentos, ha habido alguno de tu vida que has sido feliz. Y siempre te quedará la esperanza de que habrá más momentos felices, aunque en estos momentos pienses que ya no te puede pasar nada peor. Pero los tendrás. Antes o después. Y sobre todo, cuando menos te lo esperes.
Si estas esperando algo con todas tus ganas, no se por qué, pero nunca sucede; en cambio, cuando lo dejas pasar es cuando ocurre.
Eso sí, NUNCA hay que dejar de luchar por lo que verdaderamente quieres. Muchas veces perderás, sí, pero quien no arriesga no gana, y si pierdes algo es porque no merecía la pena en realidad. Las cosas no se pierden porque sí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario