Jugábamos a querernos y sin darnos cuenta nos hacíamos daño mutuamente. Pero, ¿qué importaba? si eramos felices... Fueron pasando esos días en los que nos necesitábamos mutuamente. Todo se quedó en un bonito recuerdo. Se congelaron nuestros momentos, y cuando intenté derretir esa pared de hielo que se habia formado entre nuestro mundo mágico y la realidad descubrí que me faltaba algo. Y ese algo eras TU
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