miércoles, 13 de abril de 2011

Pasamos mucho tiempo juntos y yo tenia la seguridad de que siempre estarías a mi lado. Pero un día cualquiera y sin previo aviso te marchaste sin decir adiós, sin mirar atrás. Y yo me quedé aquí sin ninguna explicación esperando tu regreso. Con los años supe que llegaste a un destino mejor, donde la felicidad no se pagaba con dinero, donde tenías alguien que te quería. Sin saber como apareciste de nuevo en mi vida. Una oleada de aire lleno de recuerdos pasados me azotó con la fuerza de un huracán. Había pensado mucho en este momento, y para ser sincera tenía pocas esperanzas de que llegase. Mi cabeza había tenido tiempo de ordenar todos los instantes y ser capaz de imaginarse esta situación, planificando todas aquellas palabras que iba a decirte echándote en cara todo esto. Pero no salieron de mi boca. Nada, solo un suspiro helado consiguió escaparse entre mis dientes cuando te vi ahí plantado en la puerta de mi casa con un ramo de amapolas rojas que tanto me gustan. 


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